El Camino de santiago francés: Roncesvalles-Pamplona
Orreaga/Roncesvalles se ha convertido en el más conocido punto de partida del Camino jacobeo. Es un lugar mítico, donde se respira el ambiente de peregrinación y sobre el que flota el recuerdo de la épica batalla de Roncesvalles y la tragedia de Roldán y los doce pares, enterrados, según la tradición, en la capilla románica del Sancti Spiritus, denominada por ello "Silo de Carlomagno". Además de la colegiata, destacan la iglesia gótica de Santiago, el antiguo molino convertido en Oficina de Turismo, el edificio del antiguo hospital o ltzandegia, del siglo XI, el monumento con la mítica lucha de Roldán y Ferragut y el precioso crucero que marca la salida de Roncesvalles, camino de Burguete.
Auritz/Burguete y Auritzberri/Espinal son dos típicos pueblos-calle, el primero fundado como burgo de Roncesvalles. En ambos destaca su cuidado caserío de tejados empinados, dispuesto a los lados de la carretera. Ésta asciende el puerto de Mezkiritz hasta una lápida con la imagen de la Virgen de Roncesvalles. Tanto la carretera, como el Camino -bien señalizado- dejan a un lado Mezkiritz, para dirigirse hacia Bizkarreta-Gerendiain, donde hubo un hospital de peregrinos del que sólo queda el recuerdo. La iglesia parroquial de San Pedro es románica de transición.
La carretera sigue hasta Erro, dejando a un lado Lintzoain, pequeño pueblo con interesante iglesia románica tardía, dedicada a San Saturnino. Erro, situado a media altura, sobre un valle salpicado por los pequeños pueblos de Esnotz, Orondritz, Loitzu y Aintzioa, es el punto de partida para ascender al puerto del mismo nombre. Bajándolo por la carretera, un desvío penetra hasta los pies del monte Adi, donde se halla Zilbeti, que guarda las ruinas de un monasterio románico, quizás el de San Zacarías visitado por San Eulogio de Córdoba en el año 848.
Pasando por Agorreta, llegamos, tras cruzar el río Arga, regulado aguas arriba por el embalse de Eugi, a Zubiri, así denominado por su puente gótico -zubia en euskera-, de resonancias mágicas por hallarse enterradas en uno de sus estribos -según la tradición- las reliquias de Santa Quiteria.
Desde Zubiri, el Camino transcurre por el fondo del Valle de Esteribar, pasando por llarratz y Ezkirotz, hasta el puente gótico de Larrasoaña. La carretera va al otro lado del Arga hasta Larrasoaña, pueblo caminero importante de la ruta jacobea, pues existía un monasterio ya en el siglo XI. Se conserva su iglesia de San Nicolás, del siglo XIII, reformada en el XVIIIi, y uno de sus dos hospitales de peregrinos, que continúa con su función de albergue. Desde Larrasoaña, Camino y carretera coinciden más o menos hasta Zabaldika. Atravesaremos Zuriain y dejaremos a un lado Antxoritz e lrotz, con su bello puente románico, al igual que Zabaldika y su iglesita románica. Desde aquí el Camino, tras pasar por la casa-palacio de Arleta, se dirige hacia Villava, abandonando el río Arga por el Ultzama, al que atraviesa por el puente de la Trinidad de Arre, antiguo hospital de peregrinos, en un bello paraje dominado por la caída del río a través de grandes rocas. La ermita de la Trinidad conserva aún un triple ábside románico.
Villava/Atarrabia y Burlada son atravesadas por el Camino, que cruza la carretera y se dirige, bordeando el río Arga y sus huertas, hasta el puente gótico de la Magdalena, por donde hace su entrada en Pamplona.
HISTORIA DEL CAMINO EN NAVARRA
Las peregrinaciones a Santiago de Compostela comenzaron a raíz del milagroso y oportuno hallazgo del sepulcro del apóstol Santiago y sus discípulos en Compostela el año 813. La Cristiandad y los reinos cristianos, embarcados en el espíritu de Cruzada contra los musulmanes, se lanzan en peregrinación a visitar la tumba del apóstol. Así se crea el Camino jacobeo -la calle Mayor de Europa- que recibe la influencia cultural y religiosa de toda Europa, que va haciendo caminos que confluyen en los dos principales que cruzan el Pirineo por Roncesvalles y Somport. También en Navarra las rutas fueron varias en un principio. Aparte de las dos citadas, tuvieron importancia la de la Barranca, la del Baztán, la de Mauleón a Roncal y Lumbier, la de la Ribera, la del Val de Aibar y la que atravesaba la Valdorba. El rey navarro Sancho III el Mayor (1004-1035), que ejerció un dominio efectivo sobre todos los reinos cristianos hispanos, fue quien fijó el trazado definitivo del Camino y quien introdujo la influencia cluniacense y el nuevo arte románico, que se extendió por toda la ruta jacobea, cuyo esplendor habría de durar hasta el siglo XVI.Prácticamente olvidado desde entonces, comienza a renacer con la creación de las primeras asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, primero en París, y luego, en 1962, en Estella, y después por toda Europa. Su labor se ve reconocida con la declaración del Camino en 1987, por el Consejo de Europa, como «Itinerario Cultural Europeo». Desde entonces, por razones religiosas, culturales o turísticas, hacen el Camino gentes de todo el mundo.
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