Melilla (antiguamente conocida como
Rusadir) es una
ciudad autónoma de
España, situada en el
norte de África, a orillas del
mar Mediterráneo, frente a la costa meridional de la
península Ibérica. Es limítrofe con la región del
Rif de
Marruecos, concretamente con las
comunas de
Farjana (al norte y el oeste) y
Beni Ansar (al sur), ambas pertenecientes a la
provincia de Nador, y está próxima a
Argelia.
La ciudad y sus territorios se extienden sobre 12,5 km
2 de superficie en la parte oriental del
cabo de Tres Forcas. Alberga una población de 75.000 habitantes
[2] y presenta diversas particularidades fruto de su posición geográfica e historia, tanto en la composición de su población y sus actividades económicas, como en su cultura (fruto de la ejemplar convivencia de cristianos, musulmanes, judíos e hindúes).
El patrimonio arquitectónico de Melilla está considerado, junto con el de
Barcelona, como uno de los mejores exponentes del
estilo modernista español de principios del
siglo XX. Melilla llegó a tener en esa época hasta 100.000 habitantes. Actualmente recibe diariamente una población flotante de los municipios marroquíes próximos a su
hinterland que hacen que su población casi se duplique en algunas ocasiones.
Melilla se constituyó en
ciudad autónoma en
1995, aunque ya fue reconocido su derecho a la autonomía en la
Constitución española de 1978. Marruecos reivindica la ciudad como parte de su territorio junto con
Ceuta y otros territorios españoles de menor entidad en el norte de
África. El
Gobierno de España nunca ha establecido negociaciones de ningún tipo, ya que considera a Melilla –al igual que los otros territorios norteafricanos– parte integrante del territorio nacional español.
[3
Geografía
Se sitúa al noroeste del continente africano, junto al
mar de Alborán y frente a las costas de
Granada y
Almería. Se encuentra dispuesta en un amplio semicírculo en torno a la playa y el
puerto, en la cara oriental de la península de
cabo de Tres Forcas, a los pies del
monte Gurugú y en la desembocadura del
río de Oro, a 1 metro de altitud sobre el nivel del mar. El núcleo urbano originario era una fortaleza construida sobre un montículo peninsular de unos 30
m de altura.
Clima
De
clima mediterráneo, templado y húmedo, con vientos de poniente y levante, también ocasionalmente viento del
Sahara. Temperatura media anual 19 °C. Los inviernos son suaves en torno a los 12.8 °C en enero, siendo los veranos muy cálidos con una media en el mes de agosto de 25.2 °C. Las lluvias más intensas se concentran en los meses de invierno y primavera, mientras que el verano es una estación seca, registrándose 534 mm anuales de media.
Demografía
La ciudad cuenta con una población de 73.460 habitantes (
INE 2009), con la tasa de natalidad más alta de España, frente al índice de mortalidad que se sitúa como el más bajo de España.
El 45% de la población es originaria de la península Ibérica, de
idioma español y tradición religiosa
católica (
Diócesis de Málaga). Otro 45% de los melillenses son
musulmanes, mayoritariamente autóctonos de la zona del Rif donde se asienta Melilla; su idioma materno es el
rifeño. Sin embargo, esta lengua no tiene reconocimiento oficial en la región, aún existiendo un artículo del estatuto de autonomía de la ciudad de Melilla en el que se exige la "promoción y protección de la lengua y cultura bereberes". Le sigue en importancia la comunidad judía con unos 1,000 habitantes, en su gran mayoría sefardíes expulsados por el régimen de los
Reyes Católicos y la
Inquisición Española de la península Ibérica. La comunidad judia en la ciudad disminuyó considerablemente en los últimos 40 años (en 1950 contaba con 7,000 habitantes).
Otros pobladores de Melilla son inmigrantes comerciales, como la pequeña comunidad hindú (que hace tiempo era significativa) o la china (hoy en día creciendo exponencialmente) o la inmigración ilegal como es el caso de la comunidad subsahariana o argelina. Existe, fuera de los libros, una tremenda población flotante de casi 30,000 personas, que siendo súbditos marroquíes, trabajan con permisos transfronterizos o incluso viven en la ciudad (con propiedades y negocios) con residencias permanentes aunque sin derecho a voto.
Etimología
El nombre de
Melilla tiene una
etimología incierta. Probablemente tenga origen árabe
[cita requerida], pues el vocablo
Mlilia es el utilizado por el
árabe "
dariya" de Marruecos para designar la ciudad. El vocablo utilizado por los rifeños autóctonos de la zona es
Mbrich que viene de la raíz etimológica tamazight "Tamlilt" que significa literalmente "La Blanca", haciendo referencia a la piedra caliza de color blanco sobre la que se asienta Melilla. Es muy probable que la arabización del Rif asumiera este nombre "Tamlilt" y lo convirtiera en "Mliliat" cambiando la fórmula femenina del tamazight de la "t" inicial y final por la "ta marbuta" árabe ("t" final gráfica no fonética que hace que la palabra termine en un sonido "a"). Una vez que los castellano parlantes llegaron a "Mlilia" es probable que cambiaran la arabización por un fonema más castellano como lo es la "ll", terminando por vocalizar la unión consonántica "ml" con una "e" de apoyo (inexistente en el árabe también) con el fin de "desarabizar" el nombre de la ciudad que ya era española. El resultado final de este proceso sería "Melilla".
Historia
[editar] Edad Antigua
La ciudad de Melilla remonta su historia al establecimiento en el
siglo VII a. C.[cita requerida] de comerciantes
fenicios que aprovecharon su situación cercana al
estrecho de Gibraltar y las rutas comerciales del Mediterráneo occidental para prosperar, alcanzando su esplendor hacia el
siglo II a. C. Con la decadencia púnica, Rusadir formará parte del reino de Mauretania que sería incorporado a la provincia romana de Mauritania Tingitana en el año 42 d.C.
[editar] Periodo Islámico
Más tarde con la llegada de los árabes a partir del 680 la península de Guelaya es obviada para continuar conquistando la antigua Hispania, al cruzar el Estrecho Tariq en el 711 y continuarían los árabes hasta el 732 en la antigua Hispania Septimana; pero una guerra entre las ciudades de Fez y Tremecén harán que la población de Rusadir abandone las ya ruinas melillenses. Así, el territorio permaneció abandonado hasta que a partir del
siglo X fue recuperado por Abderramán III, quien mandó una flota desde Málaga en el 927, integrándose así en el
Califato de Córdoba y manteniendo estrechas relaciones con la Hispania musulmana de
al-Ándalus.
[editar] Edad Moderna
La expansión de
portugueses y
castellanos en el norte del
Reino de Fez durante el
siglo XV culminó con la entrada de
Pedro Estopiñán en la ciudad en
1497, que pasó a depender del
Ducado de Medina Sidonia y a partir de
1556, de la corona española.
El
19 de septiembre de
1774, emisarios del sultán
Mohamed ben Abdallah se presentan en
Ceuta declarando la ruptura del tratado y expresando su intención de desalojar a los cristianos. El
23 de octubre el monarca español
Carlos III declara la guerra y el
9 de diciembre las primeras tropas imperiales comienzan el
sitio de Melilla que duraría hasta el
19 de marzo de
1775. La ciudad es defendida por el mariscal de campo
Juan Sherlock.
[4]
Edad Contemporánea
En
1860, con el
Tratado de Wad-Ras, se establecieron los límites fronterizos de la ciudad con
Marruecos, trazados hasta donde alcanzaban los disparos del
cañón de "El Caminante", según lo estipulado en dicho tratado. Tres años más tarde se creó el
puerto franco y en
1864 las autoridades españolas permitieron el asentamiento libre de personas en la ciudad. La inmigración de la pernínsula fue escasa al principio pero comenzó a tomar fuerza tras el fin de la
Guerra de Margallo en
1893.
Durante el último tercio del
siglo XIX y el primero del
siglo XX, Melilla fue escenario de intermitentes enfrentamientos que desembocaron en el conflicto de la
Guerra de Marruecos. Las sucesivas batallas de
Barranco del Lobo en
1909 y de
Annual en
1921, causaron un gran impacto en la opinión pública española y forzó la alianza militar entre España y
Francia que permitió la constitución del
Protectorado español de Marruecos.
El establecimiento del protectorado tuvo efectos muy positivos en la economía de la ciudad, que se convirtió en la capital económica de la parte oriental. La explotación de las minas del
Rif propició el desarrollo una industria derivada de éstas y el tráfico de mercancías y la pesca aumentaron junto con los beneficios derivados del aprovisionamiento del ejército.
Fue en Melilla donde se produjeron los primeros acontecimientos de la
sublevación militar de 1936 contra la
II República que desencadenaron la posterior
Guerra Civil Española y el establecimiento del
régimen franquista en España.
Franco desarrolló unas buenas relaciones con las naciones árabes al no reconocer al estado de
Israel y ayudó a la causa independentista de la parte francesa de
Marruecos permitiendo manifestaciones nacionalistas en ciudades bajo dominio español, emisiones de radio y el
tráfico de armas, que frecuentemente entraba a través de Melilla. Sin embargo, tras la independencia de la zona francesa en
1956, no pudo evitar lo propio de la zona española debido a constantes disturbios y la presión de
Estados Unidos.
Así, el Gobierno español reconoció la soberanía de todo Marruecos, comprometiéndose a respetar la unidad territorial del reino. En este reconocimiento oficial es en el que se basan las reclamaciones territoriales de Marruecos sobre Melilla y Ceuta. La independencia de Marruecos tuvo un impacto tremendo en Melilla a nivel económico y las sucesivas entregas de territorio español a Marruecos -
Cabo Juby (
1958),
Ifni (
1969),
Sáhara Occidental (
1975)- desataron el pesimismo en la ciudadanía.
Hasta
1995 era una comarca de la
provincia de Málaga, fue en dicho año cuando la ciudad accedió administrativamente al estatuto de
ciudad autónoma siendo a principios del
siglo XXI uno de los motores económicos de la región
rifeña, basado en su condición de
puerto franco y los intercambios comerciales, a la par que centro de atención de los flujos migratorios de población africana hacia los territorios de la
Unión Europea.
.
Cultura
Se distingue por ser una población pequeña donde conviven cuatro culturas (religiones):
cristiana,
musulmana,
judía e
hindú, aunque la cultura predominante políticamente hablando es la peninsular (cristiano-occidental). La cultura y tradiciones judías en Melilla no tienen repercusión social, siendo los festejos judíos de carácter más privado. Las festividades islámicas, sin embargo, siempre han tenido un carácter mucho más abierto y público en todas las poblaciones donde existe una representación de esta religión, sin embargo, en Melilla, se reducen los festejos a un determinado sector de la ciudad como son la zona del Rastro o los barrios eminentemente poblados por musulmanes. Es de destacar, no obstante, que en los últimos tiempos ha habido una "apertura" por parte de la población musulmana hacia el exterior, celebrando, por ejemplo, el "Aid Al Kebir" en un campo de fútbol al aire libre.
Lenguas
El
castellano es la lengua oficial. Algunos movimientos bereberes como la asociación Intercultura, presidida por Yonaida Sel-Lam, se han unido a la causa del reconocimiento del tamazigh como lengua cooficial en Melilla, un extremo apoyado por el partido localista
Coalición por Melilla, que, con la ayuda de
Izquierda Unida, presentó este asunto ante el Congreso de los Diputados
[cita requerida] sin éxito hasta la fecha. También se habla por parte de la comunidad musulmana el
árabe, por parte de la comunidad judía el
hebreo, aunque en menor número.